La aventura de las rebajas

El pasado día 9 de Enero de 2008 volví a picar, volví a ir a las rebajas. Salí pronto de casa, a las 10:00, dispuesto a descambiar un par de regalos, y a buscar algo de vestir a un precio asequible.
El tema es que cuando llegue a Vallsur, empezó a cegarse me la vista, la sangre dejaba de llegar a la masa gris, empezaba a marearme, a ahogarme, ..., me agobiaba.

Supere como pude mi miedo y saque fuerzas para realizar un reconocimiento de la zona. Tarde 10 minutos de reloj en recorrer todo y decidir que quería y donde estaba. Durante la expedición, pude observar como en alguna de las tiendas dedicadas a la otra parte de la especie humana que tanto se diferencia de nosotros los hombres, repartían botellines de agua para evitar los desmallos.

Compre un par de prendas en una de las tiendas, y fui a otra tienda a comprarme un traje. Al final salí con dos trajes, dos corbatas (partiendo de mi creencia ciega que dice "todas las corbatas son feas", me lleve las mas agraciadas, las menos feas), dos camisas y unos pantalones vaqueros.

Una vez terminada la hazaña, descambié las dos prendas de la primera tienda y decidí marcharme a intentar comer algo.

Después de tanto agobio, saco las siguientes reflexiones:

1. El 80% de la especie humana que asistió a las rebajas eran mujeres.
2. Yo siempre acabo acudiendo a tiendas en las cuales no hay multitudes, de hecho todo lo compre en una tienda que tiene muy buena relación calidad / precio donde nunca hubo mas de 8 personas (dependientas incluidas)
3. Mientras me lo pueda permitir, pagaré un poco mas para evitarme los agobios (lo prefiero, me gusta la tranquilidad y huyo de las grandes concentraciones de gente, a las cuales tengo fobia).

Este artículo ha sido escrito en medio del gran traqueteo del AVE, el día de su inauguración los políticos debieron viajar en otro AVE. Para mas información respecto a mi experiencia con el AVECILLA, esperar a próximos capítulos del blog.