Hace ya dos años, por estas fechas, compre un flamante Modus negro. Por aquel entonces, pocos días antes, también había acabado de amueblar de forma mínima el piso que compre, lo justo para entrar a vivir. La idea aterradora de encontrarme el coche rallado en su primera noche en la calle, junto con las inmensas ganas que tenía de estrenar mi independencia, hicieron que me trasladara definitivamente a mi nueva morada. El coche pasaría su primera noche en cochera.
Era un gran cambio, acostumbrado a vivir en el pueblo de mis padres, junto a todos los amigos, hacía mas difícil tomar la decisión de instalarme en mi nueva morada. Eran solo 20 minutos de trayecto, ... , pero con el coche. Cuando decidí buscar piso, de lo cual hace algo mas de 3 años y medio, decidí ser fiel a mis principios, no estaba dispuesto a entrar en el juego de la especulación inmobiliaria, lo cual hizo que automáticamente descartara el quedarme en mi pueblo de toda la vida, puesto que los precios de los pisos (nuevos o de segunda mano) eran desorbitados. Gracias a tal decisión, amplié la zona de búsqueda, y encontré este pisito, en una zona que pese a ser bastante tranquila, parecía no gustar a los especuladores.
He de decir que por aquel entonces mi sueldo no era gran cosa, mis aspiraciones tampoco lo eran. He de reconocer que me alegro de no ser pretencioso, me alegro de vivir dentro de mis posibilidades, me alegro de conformarme con poco, gracias a ello cogí un piso coqueto, calentito en invierno, con una iluminación respetable, todo ello acompañado de un precio muy asequible, gracias a lo cual el crecimiento del señor euribor esta muy lejos de preocuparme.
Por diversas razones he estado varios meses sin disfrutarlo, ha estado abandonado, y lo hecho mucho de menos. Reconozco que en mi interior ha crecido la tristeza debido a este hecho, he tenido que sacrificarme mucho para poder acceder a el, y me duele mucho no disfrutarlo
Hoy os escribo desde el estudio del pisito, esperando poder volver a disfrutarlo ... solo ... o acompañado.
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